Intro, o no tanto

¿Por qué será que cuando mi mente vuela, siempre termina su viaje en él?...

Dale, vos, que te haces la superada, la mina que puede vivir sin la necesidad de tener un hombre en su cama, en su vida. Vos, que le dijiste a tus amigas en el té de la otra tarde: "Yo no necesito un tipo para que me cumpla los caprichos; yo me basto sola". ¿Qué haces extrañando cada detalle que, cuando estaban juntos te sacaba de quicio? Como esa manía que tenía de fumar cuando se ponia nervioso. O de ese tono de voz de superado total, cuando en realidad era una de las personas más buenas que conociste. ¿Qué haces con el celular en la mano, a punto de cometer ese error de desesperada total? ¿Pensás que si le mandas un mensaje de SOS, va a venir corriendo a buscarte? No querida, los cuentos de hadas se terminaron en el momento en que te empezaste a depilar las piernas. El principe azul se termino, junto con los dinovo o las figuritas de Sara Key. El "y vivieron felices para siempre" no existe más desde que Nicole dejó de cantar para la cortina de "Amigovios".

A ver nena, ¿Qué tiene él que te vuelve loca? Con una mano en el corazón, ¿Es él el que te quita el sueño?¿O es tu reloj biológico que tiene la alarma programada y no te deja dormir con su timbre de "Necesitas estar con alguien porque se te pasa el tren, tarada"?... No, tiene que ser él, porque tu urgencia de llenar soledades no te pasa con cualquiera. Porque en realidad lo extrañas, aunque no hayan salido ni dos meses. Porque el hecho de que pienses en él por lo menos una vez al dia, te da una pauta de que estás metida hasta el cuello con este flaco, y que te va a costar dejarlo ir. Porque sabés que tenés que dejarlo ir.

Y ahora estás aca, machachandote con esas canciones de amor que hacen que quieras cortarte las venas. Porque cuando una está triste o dolida, tiene esas ganas morbosas de escucharse de Pe a Pa toda la discografia de Luismi. Te entra el deseo de ver Ghost, o Titanic, sólo para sufir un ratito más, o por lo menos por una causa más noble que la tuya, ¿No? Y entonces, te preparas un té bien cargado, creas una lista de las canciones más tristes de amor, y le ponés "Play" al reproductor de música de tu compu.

Y ahi te quedas, como una morsa, esperando que él te llame y te vuelva a recordar todo lo que te quiere y lo mucho que te extraña. ¡Esa escena que repetiste más de una vez! Pero esta vez, aunque te moris de ganas de ganarte un Martín Fierro por tu escena de "mujer despechada", decidís que ya tuviste bastante de sentirte un pollito mojado y llorarle la carta a Dios, a la Virgen o a San Antonio, rogándole que te traiga un novio. En un ataque de evolución de tu especie, pones "Stop" al reproductor, te mirás en el espejo del baño y te decís a vos misma: "Está vez va a ser distinto". ¿Y que hacés? Buscás tu mejor remera y el jean que compraste en el último ataque de Shopaholic, pero que te queda tan lindo que te hace ver como una diosa. Te maquillas a lo femme fatale, linda, pero matadora; agarrás tu bolso, las llaves. Te mirás una última vez al espejo antes de salir y esbozas esa sonrisa que sabés que fue la que lo cautivó cuando se volvieron a ver despues de tantos años. Salís a la calle y por fin, respirando un poco de aire de Buenos Aires, te ponés a cantar bajito: "I will survive, for as long as I know how to love, I know I still alive..."

¿ Y quién dijo que yo era una neurótica?